Hay momentos en los que la realidad supera a la fantasía y ser Azul no es suficiente, se necesita algo más algo más simple pero al mismo tiempo más profundo. Algo que al final no provoque vacío sino que llene el alma. Tantas veces me he mentalizado a que esto es suficiente, a que jugar a ser amantes de ocasión es suficiente, pero no. Tengo que repetírmelo constantemente, verbalizarlo una y otra vez para intentar creerlo…
Ayer fue un día muy complicado, mucho, triste, deprimente, desesperanzador, uno de esos días en los que cuando era joven, lo resolvía corriendo unos ocho kilómetros o los que fueran necesarios para cansarme físicamente y con eso intentar desahogar los pensamientos. Ayer necesitaba un amante con más talentos que solo los que de sobra hemos descubierto y disfrutado en el sexo.
Hay días que se necesitan amantes de ésos que aman, sí, me queda claro que en cada encuentro nuestro hay algo de amor o una cosa parecida, porque tampoco es un servicio prestado a cambio de algún beneficio monetario o de alguna otra naturaleza. Bueno, quizá sólo el contrato tácito y mutuo de darle un tiempo y un espacio para intentar distraer a nuestras soledades.
Al estar inmersa en una realidad sin sentido quería huir a una Realidad Azul, a un Momento Azul, sí de ésos que ayuda a sopesar el peso de los sinsentidos, un momento de ésos en los que quizá unos labios -no sé si los tuyos- den un sabor dulce, un sabor a esperanzas, un sabor a “amor” (hoy entrecomillado, no en altas). Ayer buscaba un número telefónico, un nombre en mi agenda, un contacto en las realidades virtuales un alguien con quien llorar, con quién desahogar la los desalentadores pensamientos que pasaban por mi cabeza.
¡Qué difícil encontrar un amante para amar! Estoy segura que más de uno hubiera accedido a pasar una deliciosa noche de sexo conmigo y no porque sea la mejor o verdaderamente atractiva, sino porque un amante para el sexo siempre está dispuesto para cuando se necesite, para cuando parezca que se puede evadir la realidad con placeres superficiales, como si fuera un dolor de cabeza para resolverse con una aspirina.
Pero necesitaba más que una aspirina sexual, quería un amante para amar, para amar en el sentido más simple, en el sentido más sencillo, sin complicaciones. Alguien dispuesto a escuchar una letanía de sinsentidos, no para encontrarles sentido o para darme las respuestas correctas, sino que únicamente para que, al menos esta vez, no tuviera que escribirlos, sino que pudiera hablarlos, sintiendo unos oídos atentos a mi voz y no tener que esperar unos ojos atentos a estas líneas.
¿Por qué es tan difícil? ¿Por qué? ¿Cuántos habrían estado dispuestos a estar una noche con Azul? ¿Cuántos dispuestos a pasar ESA noche con Azul? No con sólo la sexualidad de Azul, sino con la persona, con el personaje… y es que es triste que el placer de vivir libremente a veces confunde a muchos hombres, quienes piensan que mis necesidades y fantasías se reducen a algo meramente físico, que se resuelven con el sexo ya sea en fantasía o en realidad.
Ser Azul es más, mucho más que lo que unas limitadas mentes masculinas ven, ser Azul es ser pasión, ser intensidad en TODO… Ser Azul es querer perderme una noche en el cansancio extenuante de un sexo complaciente, pero también necesitar una noche de paz que entre caricias acompañe mi sueño profundo.
Ser Azul es ser libre de prejuicios, ser libre de inventar fantasías, ser libre de abstraerse del mundo y sus personajes, ser Azul es añorar un beso de buenas noches que me haga soñar con una secuencia de Momentos Azules que dibujen una Historia diferente.
Gracias azul, porque destras de esos ojos como esmeraldas, la mujer de la que su mirada seductora decí más que sus acciones,hoy en lo que leo reafirmó que sigues siendo enigmática y sensible.
Pronto la magia estará sería de ti.
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cito: «Hay libros que son para el público y libros que hacen su propio público». tus momentos mágicos hacen tu propio público, Azul. Espero pronto otro momento.
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El amante que ama…no te «coge»…se funde en ti
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Qué valiosa intimidad azul. Gracias.
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Amar es requisito para ser amante, parece implícito, pero para muchos no lo es. Nadie puede hacer el amor sin amar, tal vez no desde el sentimiento pero sí seguramente amando el otro cuerpo, las sensaciones o hasta el momento.
Ser amante es entregar un pedazo de vida para siempre, un montón de recuerdos y sobre todo amar aunque sea un momento.
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Y no se porque a veces es difícil encontrarse con ese «amante para amar», alguien que tenga esa misma pasion por vivir y amar sin confundir.
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Amantes que aman, me dejó pensando en los instantes en que he decidido amar, un tanto llevada por el ego de sentiré deseada, si deseada pero no por cualquiera, por qué te pueden desear pero no el que tú deseas, cuando logras ser la amante de ese hombre que desea aunque sea por un par de horas es una acaricia para tu ego.
Hay momentos en que en realidad solo deseas ser amada por un par de horas.
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